Vivimos en un mundo materialista donde el
dinero es sinónimo de “deuda”. “Una rata descuidada se había dejado
invadir por la sarna. Hacía ya tanto tiempo que el mal la aquejaba, que
su picazón le parecía normal. Como le daba flojera observarse a sí
misma, se dedicó a criticar a sus congéneres. Por ese solo hecho se
sintió Maestra. “¡Nadie hace algo por superarse! ¡Mi raza está en
decadencia! ¡Debo ayudar al mundo!”… Entre los roedores más jóvenes,
encontró fervientes discípulos. Mientras se hacía traer queso gratis,
les enseñaba “cómo progresar”. A medida que los jóvenes adquirían
conocimientos de su Maestra, también atraparon su sarna. ¡Furiosos la
expulsaron! La “Maestra” volvió a su guarida y desde allí se dedicó a
insultar al mundo que no había querido aceptar sus consejos salvadores.”
El trabajo interno requiere esfuerzos
dolorosos que muchos no están dispuestos a efectuar. Corregir las
desviaciones de nuestros pensamientos, emociones y deseos, requiere una
dedicación constante. Algunos seres, por pereza o por miedo a enfrentar
sus propios fantasmas y hábitos negativos, antes de ayudarse a ellos
mismos quieren ayudar a los otros. ¿Qué ayuda pueden dar con una mente
contaminada?.. También, en tanto que colectividad, por muy necesitados
que estemos, debemos verificar cuidadosamente quién es el organismo o
país que nos ofrece su ayuda en forma de préstamo. Tal vez por aceptar
lo que “generosamente” nos otorga, a causa de la deuda seamos explotados
-darle en pago nuestros productos a precios ridículos- y además atrapar
su sistema sarnoso. Un sano mendrugo de pan vale más que un aromático
guiso envenenado.
Alejandro Jodorowsky
Fuente: http://planocreativo.wordpress.com/2010/08/05/el-placer-de-pensar-1/
No hay comentarios:
Publicar un comentario